Será la seguridad desgarrada de que la civilización acabará con lo genuino y lo autóctono lo que lleve a la evasión y a la huida de esa realidad y a la búsqueda de situaciones donde imperen la naturalidad y la singularidad del hombre o de su sociedad concreta, cobrando interés de esta manera el orientalismo, el exotismo, correlatos espaciales de esa evasión, y el medievalismo como expresión de huida en el tiempo; valorizándose por tanto, reductos incontaminados, naturales, es decir, al margen o fuera de la civilización occidental.
Sueños de evasión en un viaje a tierras exóticas. Cedrón, como Guguin, emprende un recorrido por tierras extrañas, primitivas y sensuales, lejos del occidente que se estanca y de un arte excesivamente encorsetado por las demandas del consumismo.
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